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14 de diciembre de 2020
A los padres nos puede parecer que la mejor opción es ir al baño en verano. Pero hay mucho que decir sobre el entrenamiento en vacaciones, lo que significa que no hay necesidad de esperar a un clima más cálido cuando crees que tu hijo podría estar listo.
En invierno, no sólo es más fácil quedarse en casa, sino que hay menos cosas que perderse al hibernar uno mismo durante una semana de control de esfínteres.
Durante los meses más fríos, el entrenamiento para ir al baño puede aprovecharse como una maravillosa oportunidad para vivir en la alfombra del salón, jugar a juegos de mesa, desconectar y simplemente pasar mucho tiempo juntos.
Aquí tienes nuestros mejores consejos para ir al baño en vacaciones.
Una de las mejores maneras de enseñar a tu hijo a ir al baño es dejarlo desnudo de abajo arriba. Lo mismo ocurre con el aprendizaje para ir al baño en invierno.
Asegúrate de que hace buen tiempo en casa y ponle un jersey y unos calcetines a tu pequeño semidesnudo. Si realmente hace demasiado frío, opta por un par de braguitas sencillas que sean fáciles de quitar (¡hola, cinturillas elásticas!) y que no te importe que sufran algún que otro accidente...
No te precipites con el orinal si crees que tu hijo no está preparado. Espera a algunas de las pistas más comunes antes de empezar:
Si no estás seguro, compra un orinal y colócalo en un lugar accesible para tu hijo (el salón, la cocina o el baño de la planta baja) y pregúntale si quiere hacer pipí en él. Quizá te sorprenda su respuesta.
Introduce el vocabulario del orinal y el váter invirtiendo en un par de cuentos relacionados con el orinal. Haz hincapié en las palabras más importantes y sencillas, como pipí, caca y orinal, para que tu hijo aprenda cómo y cuándo usarlas.
Si no te da vergüenza, también puedes explicar a tu hijo cuándo vas al baño, qué estás haciendo y que tus pantalones están secos.
Haz que la transición al orinal sea un momento divertido y emocionante para tu hijo. Puedes llevarle de compras para que elija su propio orinal con temática espacial o incluso dejarle opinar sobre el orinal que compréis.
Si eres creativo, ¿qué tal una canción para el orinal que puedas enseñar a tu hijo a cantar cada vez que use el orinal?
Recuérdale con frecuencia que el orinal está a su disposición siempre que lo necesite, y pregúntale regularmente si le gustaría utilizarlo.
Una forma de recordarlo es preguntárselo a cada hora, después de las comidas y siempre que necesites ir al baño.
Los accidentes forman parte del proceso de aprendizaje para ir al baño, te guste o no. Por supuesto, tendrás que lavar más ropa y es posible que se haga un poco de pipí en el suelo, pero todo forma parte del proceso.
Procura no darle mucha importancia a los accidentes. Si no lo haces, tu hijo no desarrollará ansiedad ante la necesidad de ir al baño.
Celebra los éxitos de tu hijo con el orinal, aunque sólo sea sentándose. No recompenses a tu hijo con comida, pero puedes utilizar una tabla de pegatinas o celebrar verbalmente sus esfuerzos.
Cuando tu hijo aprenda a ir al baño, podrás decir adiós a los pañales de una vez por todas. Es un momento emocionante, ¡diviértete!
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