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01 de septiembre de 2022
¿Sabía que en todo el mundo 1 de cada 3 mujeres sufre pérdidas de orina después del parto? ¿O que el 12% de los niños de 6 a 12 años se orinan en la cama? ¿O que todos los hombres que se recuperan de una operación de cáncer de próstata no pueden retener la vejiga? Estas afecciones urológicas tabú pero típicas afectan a tantas familias, mujeres y hombres en todo el mundo, que este mes hemos querido destacarlas y sacarlas a la luz para ayudarle a reconocerlas y ayudarse a sí mismo o a sus familiares.
Esta entrada especial del blog está motivada por la campaña anual "Urology Awareness month" (Mes de la concienciación sobre la urología), para ayudar a concienciar sobre las afecciones urológicas y los residuos medioambientales que producen los productos desechables para la incontinencia.
Pero primero, ¿qué es la incontinencia urinaria?
El conocimiento es poder cuando se trata de enfermedades. La incontinencia urinaria no es una excepción. La incontinencia adopta muchas formas, desde unas pocas pérdidas después del parto hasta la pérdida total del control de la vejiga. Es importante recordar que esta afección no es una enfermedad, sino un síntoma, y es necesario familiarizarse con las distintas formas para saber qué tratamiento buscar. Para empezar, aquí tienes un breve resumen de los cinco tipos de incontinencia en adultos (según la Clínica Mayo).
Incontinencia de esfuerzo
La incontinencia de esfuerzo es la forma más común de incontinencia y afecta a casi 15 millones de mujeres sólo en Estados Unidos. Se produce cuando la actividad física, como toser, estornudar o levantar objetos pesados, ejerce presión sobre la vejiga. La causa principal se debe a la debilidad de los músculos del suelo pélvico. El embarazo, el parto y la menopausia son factores coadyuvantes, lo que explica por qué afecta más a las mujeres que a los hombres. La obesidad y el tabaquismo también son factores de riesgo.
Incontinencia de urgencia
Se padece incontinencia de urgencia cuando "se tiene una necesidad repentina e intensa de orinar seguida de una pérdida involuntaria de orina", según la Clínica Mayo. Es la sensación de "siempre tengo que ir" que a menudo te despierta durante la noche. La causa puede ser algo menor, como una infección, o un signo de que los nervios de la vejiga están dañados por algo más grave, como la diabetes o la enfermedad de Parkinson. Los factores de riesgo de esta afección son las mujeres que han tenido una cesárea u otra intervención quirúrgica pélvica, la obesidad y las que padecen infecciones frecuentes de las vías urinarias.
Incontinencia por rebosamiento
Si orinas con frecuencia aunque no tengas ganas de orinar, es posible que padezcas incontinencia por rebosamiento, que se produce cuando la vejiga no se vacía por completo. A diferencia de la incontinencia de esfuerzo y de urgencia, la incontinencia por rebosamiento es más frecuente en hombres que en mujeres. La causa suele ser el agrandamiento de la próstata, pero también puede deberse a lesiones nerviosas, obstrucción de la uretra, medicamentos o debilidad de los músculos de la vejiga.
Incontinencia funcional
Este tipo se produce cuando uno sabe que necesita ir al baño pero no puede llegar a tiempo debido a limitaciones físicas o mentales. Es más frecuente en personas mayores y se asocia a afecciones que afectan a los ancianos, como la demencia, la artritis o incluso la falta de voluntad para ir al baño debido a la depresión o la ansiedad.
Incontinencia mixta
Como su nombre indica, este tipo es una mezcla, normalmente una combinación de incontinencia de esfuerzo y de urgencia. Las causas también son similares: parto, embarazo y daños en los nervios de la vejiga debidos a cirugías o enfermedades como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Parkinson.
Enuresis nocturna (mojar la cama)
Más frecuente en los niños, la enuresis nocturna, también llamada enuresis nocturna, es típica en el 12% de los niños de 6 a 12 años. Consiste en orinarse involuntariamente por la noche, durante el sueño. Esto significa despertarse con las sábanas mojadas, el pijama y un niño avergonzado. A menudo se considera una parte normal de la infancia, pero una vez que empieza a prolongarse demasiado, se convierte en un problema para otras partes del crecimiento, como las fiestas de pijamas, las vacaciones, etc. Esto significa que empieza a ser un problema en algunas familias a partir de los 6 años, cuando empieza a ser menos común entre los compañeros.
¿Reconoces alguno de estos síntomas en ti o en algún familiar? Muchas personas se sienten incómodas simplemente hablando de incontinencia. Puede que se sientan avergonzados o que la consideren una parte normal del envejecimiento. Casi todas las personas del planeta padecerán algún tipo de incontinencia en algún momento de su vida, así que no hay por qué avergonzarse. No está solo. Existen tratamientos (como Carin para mujeres Oopsie Heroes para niños y Wil para hombres), pero para que se lleven a cabo es importante reconocerlo y empezar cuanto antes. Esto también permitirá obtener mejores resultados.
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