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08 de marzo de 2021
La regresión al orinal puede ser un acontecimiento increíblemente estresante para todos. Como padres, no tenemos ni idea de qué hacer, y para nuestros hijos, puede ser un momento realmente molesto.
Lo principal es mantener la calma y apoyar a tu hijo. Luego hay que llegar a la raíz del problema...
Hay muchas razones por las que puede producirse una regresión en el entrenamiento para ir al baño. La mayoría de las veces se debe al estrés o a los cambios en el entorno familiar. Esto puede incluir, entre otras cosas, una mudanza, la llegada de un nuevo hermano, dificultades en la escuela, la separación de los padres, entre muchas otras cosas.
Una vez identificado el problema, podemos empezar a avanzar.
Respira hondo: averigüemos cómo abordar esto juntos.
La primera pregunta que debemos hacernos cuando nos enfrentamos a la regresión al orinal es la siguiente:
"¿Estaban realmente entrenados para ir al baño?"
Estar entrenado para usar el orinal significa querer usar el orinal, no simplemente usarlo cuando se le coloca. Si tu hijo te pide usar el orinal y lo hace con éxito, es probable que haya sido entrenado para usar el orinal y esté retrocediendo.
Si no pedían usar el orinal, simplemente empieza desde el principio. Aunque te parezca un camino largo, en un par de meses merecerá la pena.
Lo primero y más importante es mantener la calma. Sentirse estresado, abrumado y frustrado por la situación sólo empeorará las cosas y hará que tu hijo tenga miedo al orinal.
Tómate un respiro, limpia el desorden y trabaja en los siguientes pasos.
Castigar a nuestros hijos sólo creará asociaciones negativas con el uso del orinal. Cuando se produzcan accidentes, simplemente ayúdales a quitarse la ropa sucia, pregúntales si quieren usar el orinal y búscales ropa limpia para que se cambien.
Séllalo con un beso y un abrazo por si acaso.
Establece un recordatorio cada hora en tu teléfono para preguntar a tu hijo si quiere usar el orinal. Si dice que no, no lo fuerces. Recuerda que hay que hacer que la experiencia sea positiva y darles un poco de poder para que tomen decisiones por sí mismos: eso les encantaa los niños.
Dedica unos minutos a discutir con tu pareja y con los profesores del colegio si puede haber alguna razón detrás de la regresión. ¿Ha cambiado algo en casa? ¿Se siente estresado en la escuela?
Una vez que hayas encontrado el problema subyacente, ofrece a tu hijo mucho apoyo para superarlo.
Utiliza tablas de pegatinas para premiar el uso del orinal. Esto incluye sentarse en él incluso cuando no hay eliminación.
Ten claro con tu hijo cuál es el objetivo de ambos: tener los pantalones secos y hacer muchos pipís y cacas en el orinal.
Hazle saber que puede pedirte en cualquier momento -de día o de noche- que le ayudes a usar el orinal, y asegúrate de que siempre estás dispuesto a echarle una mano.
Manténgase fuerte, comprensivo y en el mismo equipo que su hijo: ¡pueden manejar esto juntos!
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